viernes, 27 de abril de 2012

Amor se escribe con sangre(Carola&Elena)

                                         
                                          La foto que ve Edward en el capitulo 14 "Sugerencias"

martes, 10 de abril de 2012

Capitulo 5 ÁNGEL CAIDO

Capitulo 5 ÁNGEL CAIDO



POV EDWARD



Justo cuando tome a Irina para bailar con ella, comenzó una nueva canción. Definitivamente esta noche era mi noche, vine aquí sin contar con que Charlie Swan tenia dos hijas, eso me dificultaba un poco las cosas pero las facilitaba al por mayor pues sabia que solo una era la responsable, una responsable que pagaría con su dolor todo el sufrimiento de mi hermano.

 -¿Qué te parece la fiesta?-pregunto Irina mientras me miraba atentamente, era tan diferente a mi anterior compañía.

-A mi me parece estupenda-sonreí, quería infundirle confianza-no muchas parejas pueden presumir celebrar un aniversario así.

-Lo se-se rió por lo bajo-Renée es un poco… más bien es un mucho entusiasta. Aunque supongo que para un hombre de mundo como tu, estas celebraciones son algo insignificantes.

-Para nada-la hice girar-pero si te soy sincero, me agrada más la compañía-sonreí de lado, sabia que eso siempre funcionaba.

-Me halagas-sonrío alegremente-normalmente, después de que alguien conoce a Isabella, nadie me toma en cuenta.

-¿Por qué?-por el tono en que lo dijo, se notaba que ella era algo así como “el patito feo” y Bella era la que se llevaba toda la atención.

-Te lo juro, cuando cualquier hombre ve a mi hermana queda flechado-tuve que controlarme para no maldecir, esa era una clara señal de que Bella encajaba en el perfil que reflejaba la mujer que había escrito la carta.

-Tu eres muy hermosa-la mire fijamente, ella sonrío-ambas lo son, no veo porque Isabella es la que más llama la atención.

-Yo tampoco lo se-suspiro-pero tengo sospechas.

-¿Te gustaría compartirlas conmigo?-le guiñe un ojo.

-Pareces muy interesado-frunció el ceño-pero esta bien, te lo diré. No tengo nada que perder. Isabella, tiene ese algo que deja cautivado a todo hombre, ninguno se le resiste-bufo-no se como lo hace, porque así como la ves, hombre que conoce y quiere… simplemente lo consigue-¡¿Qué más tenia que saber?! Isabella era la mujer responsable de todo lo que había sucedido. ¡No te adelantes! Grito mi conciencia, tal vez ambas sean iguales y solo Irina la esta desprestigiando.

-Ya veo-solo fui capaz de decir eso.

-Tengo que irme-estaba por girar, pero tire de ella-¿Qué sucede?

-Me agradas-sonreí-quiero que continuemos bailando un rato más, ¿puedes?

-De acuerdo-ella me guío hacia atrás para que saliéramos del enorme circulo de parejas, así ellos podrían seguir sin nosotros. Tenia que haber otra manera de comprobar si mis sospechas eran ciertas, porque pese a lo que Irina me había dicho no podía simplemente guiarme con eso; pensar con la cabeza fría, no iba a permitir que la furia me cegara y me hiciera hacer cosas estupidas. El pequeño destello que parpadeo de su vestido, me recordó el broche, esa seria una prueba irrefutable.

-Que hermoso broche-señale con la cabeza donde descansaba la joya-es muy hermoso, sabes me recuerda a alguno que tiene una de mis primas.

-Eso es imposible-se rió-esta joya es única, bueno salvo por el de Bella.

-¿Son dos broches?-trate de que mi tono mostrara un gran interés.

-Si, solo existen dos-me explico-son joyas que siempre han estado en la familia, hasta tienen su propia historia. ¿Te gustaría escucharla?

-Me encantaría-la atraje más a mi, para seguir “bailando”.

-En la familia, al menos por parte de mi padre se tiene la costumbre o tradición de que las mujeres Swan, tengamos un nombre con la letra “I”
Al menos era eso lo que se acostumbraba, hasta que nació mi padre Charlie por lo general mi abuela creyó que daría a luz a una niña pero no fue así, por lo que las joyas se guardaron por si algún día mi padre se casaba y lograba tener hijas; creo que el se sintió demasiado apenado por la situación, ya que no tuvo una si no dos hijas a las cuales llamo; Isabella e Irina, nosotras hemos pagado por la tradición familiar-se rió-es tonto pero… por alguna razón me agrada.

-¿Qué es lo que te agrada?-pregunte con menos interés.

-Que estas joyas sean únicas-acaricio el broche.

-Es muy bonito, pero si es tan hermoso…-mire a Bella, que se encontraba bailando con otro hombre-porque tu hermana no lo utiliza.

-Por lo visto James no te ha contado nada de nosotras-rodó los ojos-siempre tan protector, Isabella y yo no somos hermanas.

-¿Qué?-ahora si mi interés era real-¿Por qué dices eso?

-Es la verdad-se encogió de hombros-ambas fuimos adoptadas, cuando teníamos… ¿cinco años? Creo que a esa edad nos trajeron aquí.

-No lo sabia-sentí por un momento pena, pero después dije; ¡¡Que bueno!! Total, a mi ninguna me debería de importar, así solo una fuera la culpable no podía querer ni tener nada que ver con alguna, salvo que fuera para vengarme.

-Ahora ya lo sabes-sonrío, como si estuviéramos hablando de un tema cotidiano-Renée, jamás pudo darle hijos a Charlie así que decidieron adoptar, y aquí estamos.

-¿Por qué Isabella, no usa su broche?-¡tal vez porque no lo tiene con ella! ¡lo tienes tu, imbesil!

-No lo se-frunció el ceño-espero que no lo halla perdido, porque eso seria un duro golpe para mi papá, que Isabella perdiera una joya tan significativa.

-¿Ella tiene novio?-tenia que saber muy bien como iba a proceder, con Isabella. Pues cada vez las cosas me decían que era ella la mujer que yo venia buscando.

-Así que yo tenia razón-se soltó de mis brazos-lo único que quieres, es obtener información sobre Isabella. Has caído en sus redes-se alejo un poco de mi.

-Yo n…

-Lo has hecho-sonrío con burla-pero sabes, halla tu si sigues por ese camino, terminaras como todos.

-¡Todos!-alce un poco la voz, tampoco quería gritarle. No era el mejor lugar.

-Hay una gran fila de rechazados por Isabella-se acerco a mi-espero que no termines en ese lugar-susurro en mi oído antes de marcharse. ¡Era ella, Isabella Swan! Era esa maldita que había causado la destrucción de mi hermano, que más prueba que su misma hermana lo dijera. De acuerdo ellas no eran hermanas, pero se conocían desde siempre. ¿Qué otra prueba requería? Isabella no usaba su broche esta noche porque claramente “lo había perdido” pero en realidad yo lo tenia.

No se en que momento, el baile se detuvo y todo volvió a la normalidad; las mujeres ya no bailaban con uno y con otro, ahora todos estaban con su respectiva pareja. Agarre una copa de la charola de uno de los meseros y la bebí de un solo trago. ¡Tranquilo! No puedo emborracharme, céntrate tienes que seguir adelante con esto; todo estaba claro, ya sabia quien de las dos era la que tendría que pagar, por todo…

-Aquí estas-Bell… Isabella apareció frente a mi, traía una gran sonrisa; seguramente había recibido muchos cumplidos. ¡Hay una gran fila de rechazados por Isabella! Las palabras de Irina vinieron a mi tan rápido.

-Aquí estoy-hice un esfuerzo por sonreír, ¿Cómo era posible que este hermoso ángel fuera causante de tan terrible atrocidad?.

-Creí que volveríamos encontrarnos en la pista-suspiro-pero ya no apareciste. ¿Te estabas escondiendo?

-En absoluto, Isabe…-ella frunció el ceño, así que corregí lo que iba a decir-Bella, lo que pasa es que me entretuve conversando con tu hermana.

-Si-sonrío-mi hermana resulta ser una excelente compañía en reuniones de todo tipo-su tono, fue tal dulce como halagador para Irina muy diferente a como se había expresado su “hermana”-¿de que hablaron?

-De la cosa más importante que he encontrado-sin pensarlo me acerque a ella, tomándola de la mano; nuevamente sentí una corriente eléctrica muy poderosa.

-¿D…e que se tr… trata?-tartamudeo un poco antes de ponerse roja, era tan adorable… ¡No vuelvas a decir eso! me regañe.

-No puedo decírtelo aquí-alce la mirada, había unas cuantas personas viendo en nuestra dirección, seguramente la escena les llamaba la atención o eran viejas chismosas sin remedio-¿conoces algún lugar donde podamos hablar en privado?

-S… si-huyo de mi mirada.

-Pues vamos-apreté su mano-es la única forma de que te enteres de lo que hable con tu hermana-le recordé.

-Esta bien-se rindió-vamos-tiro de mi mano, la seguí automáticamente pues no se como en estos momentos podía estar tomado de la mano de esta… mujer, esa no era la palabra correcta para referirse a ella pero sabia que si pensaba un solo insulto, me descontrolaría al instante.

Caminamos lejos de donde se llevaba a cabo la fiesta, hacia la parte de atrás supuse ya que la casa estaba rodeada por una gran área verde, claro Isabella y su familia estaban acostumbrados a lo mejor, pero eso estaba a punto de cambiar.

-¿A dónde vamos?-pregunte cuando el ruido provocado por la música dejo de percibirse, ¿nos habíamos alejado tanto?.

-Aquí-sonrío, señalando un kiosco de madera, de proporciones más parecidas al tamaño de una casa o eso era lo que se apreciaba en uno de sus lados pues lo demás estaba cubierto por una fina enredadera, a tal grado que parecía que el kiosco estaba compuesto de pura flora-¿te gusta?

-Mucho-susurre, apreciando mejor el lugar; estaba iluminado por unas dos farolas que colgaban en algún lugar arriba de los árboles dándole una sutil iluminación al kiosco.

-Entonces esto te gustara más-soltó nuestras manos y camino hacia el kiosco-pero ¿que esperas?-giro para verme cuando ya estaba dentro de este. No lo dude camine con paso firme hasta ella-siéntate-ofreció sentándose sobre una especie de banca que estaba de un lado del kiosco, yo me acomode a su lado, dejando al menos treinta centímetros entre nosotros. No quería volver a sentir esa corriente eléctrica, no con ella.

-Adivinare-respire profundamente, hasta el aire era fresco-este es una especie de lugar… especial para ti.

-Que comes que adivinas-se rió, una risa tan hermosa que… ¡por dios, Edward no pienses esas cosas!-este es mi lugar especial, aquí vengo cuando necesito pensar. Pero en esta ocasión he venido para que tu me digas lo que has hablado con mi hermana.

-De todo un poco-suspire-primero, ella me contó que tu y ella fueron adoptadas por Charlie y Renée-Bella agacho la cabeza-perdóname-me disculpe al instante, estaba claro que ese tema le afectaba; un punto débil para utilizarlo en su contra, ¡eres un maldito! Estupida conciencia-soy un indiscreto, no fue mi intención.

-No pasa nada-negó aun con la cabeza gacha-no todos contamos con el privilegio de tener padres que nos amen y nos protejan-susurro, alzando la cabeza. Su mirada se había entristecido un poco.

-Yo tampoco tengo padres-confesé. ¿Qué había dicho? ¿Cómo podía contarle esta clase de cosas a ella? Precisamente a ella-murieron cuando tenia quince años, y mi verdadero padre murió cuando tenia apenas cinco años. No tengo a nadie-ella tomo mi mano, acariciando mi dorso. ¡No podía permitir esto! Después de todo ella era la responsable de que mi única familia cercana, mi hermano estuviera muerto.

-Yo solía pensar eso cuando estaba en el orfanato-hablo con voz temblorosa-todas las noches rogaba a dios porque alguno de los señores que iban cada viernes, que era el día de adopción… me viera; que se fijara en mi, seria una buena hija. Yo lo haría, lo que más anhelaba era tener una familia, una madre que me quisiera y un padre que me protegiera. La única familia que conocí allí fue Irina.

-¿Tenias otro nombre antes de que te adoptaran?-inquirí, pues Irina me haba dicho que amas tenían nombre con “I” porque era tradición.

-Supongo que si-sonrío un poco-las monjas que se hacían cargo de nosotros, me llamaban Marie, dicen que fue porque el día que me encontraron o abandonaron, fue día de la Santa María. Irina antes se llamaba… no lo recuerdo, pero se que hoy somos Irina e Isabella Swan, hijas de unos padres excepcionales como lo son, Charlie y Renée, eso es algo que nunca dejare de agradecerle a dios y a la vida.

-Eres diferente-su mirada se concentro en mi.

-¿Diferente en que?-inquirió. ¿Qué iba a decirle? Ya sabes, es que yo pienso que tu eres la mujer de mi hermano, ya te dije que esta muerto. Pues lo esta y todo por lo que tu le escribiste en esa carta, ¿recuerdas?-en que soy diferente-insistió.

-Cuando te vi… mejor dicho cuando me entere que eras hija de Charlie Swan, creí que serias la típica niña rica-bufe-ya veo que estaba bastante equivocado-Bella sonrío, mi mentira la había convencido.

-¿Estas desilusionado?-vi la preocupación en su mirada, Bella era una persona demasiado transparente, fácil de leer. Estaba seguro de que si fuera capaz de leer la mente, con ella no se necesitaría.

-Para nada-me reí, de nueva cuenta me sentía feliz teniéndola a mi lado. La furia que sentía por comprobar que ella era la responsable de… no quise repetirlo, así que corte el pensamiento. Quería que Bella me hiciera olvidar todo, y eso solo era posible con su compañía.

-Menos mal-sonrío muy tranquila-porque aquí entre nos, me agradas mucho. Tanto que eres el primero que invito a este lugar, eso jamás lo he hecho con nadie.

-¿Debo sentirme halagado?-pregunte acercando mi rostro al suyo.

-Siéntete muy halagado, Edward-retrocedió un poco. Estaba claro que la ponía nerviosa. ¿Y si ya me había descubierto? ¿si sabia cuales eran mis intenciones? Y si… ¡Ella no sabe nada! me recordé.

-¿Tienes novio?-ella se sobresalto un poco.

-Que estas… ¿tengo novio?-al parecer mi pregunta la había tomado por sorpresa, o solo tal vez no me quería decir la verdad.

-No me digas nada-suspire, tratando de mantener el contacto visual con ella-debes de pensar que… bueno tu sabes, a mi que me importa ¿no?. Lo siento es que soy muy curioso.

-Ya veo-sonrío-por cierto no me has dicho de que cosa importante hablaste con Irina.

-Tienes razón, no te lo he dicho-pase una mano por mis cabellos-es que, no se como vallas a tomarlo.

-¿Yo?-se auto señalo con el dedo índice-¿fue algo malo?

-No-me apresure a decir-para nada, solo que recurrí a tu hermana para obtener valiosa información.

-¿Información sobre que?-enarco una ceja-¿sobre el corporativo? ¿el negocio?-negué sonriendo-¿entonces de que?

-De ti-apreté su mano, que aun estaba entrelazada con la mía.

-¿De mi?-sonó muy sorprendida.

-Si-admití-de ti, Bella-acaricie su mano, su piel era suave-te dije que era de algo muy importante, ¿Qué creías que era?.

-Pensé en todo-el rubor baño sus mejillas-absolutamente en todo, menos en… en mi.

-¿Por qué te sorprende tanto?-la mire atentamente, tratando de intuir algo pero fuera del rubor y su mirada inquieta no percibí otra cosa.

-Es que-tomo una gran bocanada de aire-no… no lo puedo creer, te veo y me pareces de esa clase de hombres que sabe los grandes secretos de la vida y más, ¿Por qué tendría yo que llamar tu atención?

-¿Por qué no?

-Por favor contéstame-pidió-¿Por qué ese interés por saber de mi, Edward?

-No lo se-fruncí el ceño, era claro que quería conocer bien a mi enemigo pero Bella me estaba cautivando demasiado.

-Pues-soltó nuestras manos-considero que ahora que sabes algo de mi, lo más justo seria que yo te conociera a ti, Edward.

-Es lo justo-sonreí y ella me correspondió la sonrisa-pero antes quiero saber algo de ti.

-Pregunta-me alentó.

-Te ves muy joven-tuve el impulso de acariciar su mejilla, pero agarre fuertemente mi mano, para no hacerlo-¿Cuántos años tienes? ¿trabajas? ¿estudias? ¿Qué…-alzo una de sus manos parándome.

-Solo contestare eso-sonrío-porque tu ya sabes bastante de mi y yo nada, tengo veintidós años, estudie idiomas y si trabajo en mis ratos libres en el corporativo Swan, en relaciones exteriores. Ahora es tu turno.

-Soy Edward Anthony Cullen-no mencione mi apellido materno, porque seguramente ella terminaría relacionándome con, Riley-soy el encargado de exportar y hacer todos los negocios necesarios para llevar el tequila de mi hacienda a otro nivel, que sea conocida en todo el mundo-me costo mucho decir “mi hacienda” pero ya no podía decir, la hacienda de Riley nunca más-por lo general viajo de un lado a otro, en busca de nuevas oportunidades para el negocio y demás.

-Eso es muy interesante-interrumpió antes de que continuara hablando-pero yo quiero saber de ti, de Edward-sonrío-Edward la persona, el ser humano, no el empresario.

-Esta bien-tenia que ser muy cuidadoso con lo que estaba por contarle-soy una persona… demasiado impulsiva, siempre tomo la iniciativa, para tener veintisiete años, he vivido mi vida como muchos la quisieran vivir, me encanta viajar, nunca quedarme en un solo lugar aunque se que ahora es necesario-sonreí de lado mirándola atentamente- pero solo hay una cosa que realmente podría hacerme cambiar.

-¿Qué es lo que podría cambiar a un hombre como tú?-su mirada, tenia un brillo especial o quizás no lo había notado.

-Una mujer-susurre.

-¿Una simple mujer puede cambiar a un hombre como tu?-se rió, la risa más hermosa-lo siento, pero se me hace algo ilógico.

-No lo es-me acerque hasta ella, contemplando sus hermosos y calidos ojos color chocolate-¿alguna vez has estado enamorada?-recordé a mi hermano, pero al igual recordé que ella solo había jugado con él. ¡No lo vallas a arruinar, Edward! Has llegado muy lejos, tranquilízate.

-No-alejo su rostro de mi, estábamos tan cerca-jamás he sentido ese sentimiento-¡Claro ¿Cómo iba a sentirlo si era una mujer despiadada?!

-Entonces es comprensible que no entiendas, el poder que puede tener el amor en el hombre-suspire.

-¿Cómo es ese poder?-entrecerró sus ojos.

-Es algo tan poderoso, que incluso puede llevarte a la destrucción-se estremeció un poco-¿te asuste?-negó-me alegro, porque no quiero que estés asustada-¡Aun!

-Creo que es tiempo de que volvamos a la fiesta-estaba por levantarse pero la tome con delicadeza de su mano, sintiendo esa electricidad que surgía entre nosotros-¿Qué sucede?

-Quiero hacer algo-ella me miro extrañada.

-¿Qué quieres hac…-no deje que terminara la pregunta pues en ese momento la acerque a mi besándola, si antes sentía una corriente eléctrica ahora, sentía eso pero un millón de veces más potente y para ser sincero era una sensación que me gustaba más de lo normal, ella no respondía mi beso, pero no iba a rendirme. Seguramente con esto, era más que obvio que Isabella pensaría que yo la amaba o que me interesaba como mujer, con este beso estaba sellando su próximo sufrimiento y su desdicha total para toda la vida, eso era lo que se merecía… Este ángel sufriría todo, porque no era un simplemente ángel como aparentaba, ella era un ángel caído…





HELLO!! Que les ha parecido?? ¿bueno?? Ya saben me agrada mucho que me dejen su opinión, ¿Cómo creen que reaccione Bella ante el beso de Edward? Háganme saber esto; QUIEREN POV BELLA?? SI ES ASI YA SABEN PONGANLO EN SU Comentario

Capitulo 4 Conociendo Al Enemigo

Capitulo 4 CONOCIENDO AL ENEMIGO



POV EDWARD


Una vez más comprobé la imagen del espejo, había conseguido un traje de color negro a tiempo. James me dijo que la fiesta era en honor de un aniversario, así que supuse que tenia que ir con la elegancia debida al evento; tenia que dar una buena impresión a todos, pero más a Charlie Swan, si lograba desde un inicio entablar una conversación y hacerme de su amistad mi objetivo estaría asegurado, porque en algún momento de la noche el me presentaría a su hija, fue inevitable que cerrara los puños fuertemente. Al fin tendría frente a mi a la mujer ocasionante de todo esto, pedía enormemente por que no dudara absolutamente en nada. Yo tenia que seguir adelante con la promesa que le había hecho a mi hermano, esa maldita pagaría por su muerte. Unos golpes llamaron a mi puerta, le di la espalda a mi reflejo y fui a abrir;

-Señor, Culle-percibí algo de temor en la voz de Mike-lamento la tardanza pero hasta ahora me han podido dar su auto.

-No te preocupes-pobre chico, al parecer tenia la idea de que me molestaría con el.

-Aquí están-las saco de su bolsillo-su auto se encuentra en el estacionamiento. ¿Necesita algo más?

-Por ahora eso es todo, gracias-le dije antes de cerrar la puerta y volver a lo mío. Considere que como siempre, mi cabello era una causa perdida pues no se dejaba peinar, así que solo lo aplaque con mis manos. Me di prisa con el nudo de la corbata, y salí de mi habitación claro no sin antes tomar mi celular.

Mientras bajaba por el elevador, comencé a marcar el numero de James; ¿tendría que llevar algo a esa fiesta? ¿un regalo?. El teléfono timbro dos veces hasta que contestaron:

-Espero que no me llames para cancelar-se rió James.

-Para nada-en ese momento salí del elevador-solo quería una sugerencia.

-No te atrevas a traer compañía, Edward-gruño-créeme que tendrás suficiente con las mujeres que te presentare.

-Quería saber, que es lo que puedo llevar de regalo a la fiesta de tus tíos. No me gusta llegar con las manos vacías-pase por la recepción, Heidi me sonrío cuando me dirigí hacia la salida del hotel.

-Por dios, hombre-bufo-no pasa nada si llegas con las manos vacías, no te preocupes eres mi invitado.

-De acuerdo-saque la llave que me había dado Mike-te veo en la fiesta.

-Cuenta con ello-corte la llamada y guarde mi celular, apunte la llave haciendo sonar la alarma y los faros de un precioso volvo respondieron; era justo lo que yo quería. Abri la puerta del auto, cuando estuve listo lo puse en marcha: el sonido del motor me hubiera echo sonreír en otra situación, puesto que me había hecho adicto a los autos rápidos como este pero al saber a donde me dirigía lo único que sentía era rabia; le pedía a dios que no hiciera algo que me pusiera en evidencia, que me diera las fuerzas necesarias para salir bien librado de todo esto. Mientras esperaba que el coche delante del mío avanzara vi el papel que James me había dado; no tenia caso que lo trajera pues la mayor parte de la mañana me la había pasado memorizando la dirección, esa dirección que me llevaría a mi “futura esposa” Era increíble como cada ser humano era capaz de idear un plan maestro para destruir a sus enemigos, debía ser algo que todos teníamos pero que solo se rebelaba cuando nos daban la motivación exacta.

Entre en la calle donde se suponía que estaría la residencia de los Swan, desde que llegue me vi envuelto por un trafico mayor que el anterior, supuse que todos los autos eran de los invitados a la fiesta. No estaba muy lejos de la entrada pero decidí aguardar en mi auto, necesitaba unos segundos para controlarme… pero esos segundos fueron muy cortos pues ya estaba frente a uno de los encargados del ballet parking, baje de mi volvo y le di las llaves. Cuando este desapareció, pude ver mejor la casa de la familia Swan; era enorme, el color blanco predominaba por todo el lugar, la reja se encontraba abierta y a los lados de esta se hallaban unos hombres de traje con una hoja en al mano. Parecía increíble que hubiera una fila para entrar, tras pasar una pareja a la casa, fue mi turno.

-¿Nombre?-pregunto un hombre de los de la entrada.

-Edward Cullen-el se puso a examinar la lista, paso dos hojas hasta que asintió.

-Bienvenido señor, Cullen-sonrío, haciéndose a un lado para dejarme pasar. Lo primero con lo que me encontré fue con un gran jardín, si Esme hubiera estado aquí seguramente habría quedado cautivada con semejante lugar. A mi paso, varias personas se me quedaron viendo; no me disgusto para nada pues varias miradas eran de mujeres muy hermosas con vestidos de noche despampanantes, pero me recordé a mi mismo que no estaba aquí para socializar si no para conocer a mi enemigo.

-¡Edward!-hablo James desde una de las mesas cercanas a la fuente, se levanto de su lugar y vino hasta mi-al fin llegas-estrechamos nuestras manos.

-Te dije que no faltaría-sonreí-además prometiste mujeres.

-No cambias-se rió fuertemente-anda ven a mi mesa-me condujo hasta su antiguo lugar, en la mesa estaban tres mujeres realmente hermosas-mi querido amigo, Edward me encantaría presentarte a; Zafrina, Senna y Kachiri-las interpeladas sonrieron-son unas grandes amigas y la mejor compañía de esta fiesta-las tres eran muy hermosa, de tez morena y aunque estaban sentadas podía intuir que eran muy altas, sus vestidos eran muy parecido eran de un color verde, eso las hacia resaltar.

-Eso lo dices porque aun no llegan tus consentidas-comento Senna dando un sorbo a su bebida.

-Eso es cierto-me guiño un ojo Zafrina-deja que aparezcan sus favoritas y se olvidara de todos nosotros.

-Eso es mentira-se defendió James.

-No lo es-contradijo Kachiri antes de encender su cigarro-¿fumas?-me ofreció uno.

-No-sonreí-y tu tampoco lo deberías de hacer, es un pésimo habito.

-Será pésimo, pero eso no le quita lo delicioso-me reí, James tenia razón estas chicas eran muy divertidas.

-Y dinos-Zafrina se inclino sobre la mesa-¿a que te dedicas?

-A todo y a nada-todos rieron-soy exportador, el encargado de hacer que todo el tequila de Forks sea llevado a un nuevo nivel.

-¿Forks?-Kachiri enarco una ceja- nunca había oído hablar de ese lugar.

-No te culpo-tome una de las copas y serví un poco de champagne-ese lugar es un pueblo olvidado por todos.

-De ahora en adelante lo tendré muy presente-sonrío Senna-que buenos hombres hacen en Forks-era tonto pero su comentario me sonrojo.

-Phoenix no se queda atrás-fue su turno de sonrojarse.

-Deja que veas a las demás-dijo James palmeando mi hombro-no vas a querer irte de aquí, Edward es un hombre de mundo pero al igual que yo sabe apreciar la belleza femenina por cierto, ¿quieres que te presente a mi tío de una vez?

-Ya me extrañaba-rodó los ojos Zafrina-hombres tan guapos, pero tan metidos en los negocios, es una fiesta… diviértanse.

-Es algo que le prometí a mi amigo-sonrío James-presentarle a Charlie Swan, así que si me lo permiten-se levanto y yo con el-iremos con mi tío, pero no se preocupen se los regresare pronto.

-Te esperaremos, Edward-Kachiri me soplo un beso.

-No lo puedo creer-comenzó James cuando nos alejamos de la mesa-no es ni la mitad de la fiesta y ya te ganaste a tres de mis chicas.

-Y las que me faltan-me reí. Para estar siendo consumido por la rabia, estaba demasiado tranquilo, además no podía simplemente desquitarme con James o con las chicas que acababa de conocer, ninguno de ellos tenia la culpa.

-¡Tío, Charlie!-un hombre de traje negro y bigote giro hacia nosotros.

-Muchacho-se dieron un abrazo-¿Dónde has estado?

-Por allí-mi amigo se encogió de hombros-pero te tengo una sorpresa, recuerdas del hombre que te hable, pues tenemos el honor de tenerlo aquí.

-¿Edward Cullen?-sonrío Charlie-pero que gusto tenerte aquí-estiro su mano, hice un esfuerzo para poder estrecharla con amabilidad.

-El gusto es mío señor Swan-soltamos nuestras manos-tenia muchas ganas de conocer al hombre del emporio Swan.

-Gracias, es mucho viniendo de un joven empresario. Mi sobrino, James me ha hablado mucho de ti, será un placer poder hacer negocios contigo.

-Lo mismo digo-sonreí, mi primer paso ya estaba dado. Esta era la gran oportunidad para acceder a su hija.

-Charlie-una mujer de cabello castaño y ojos azules, se acerco hasta nosotros. Traía un vestido de color rosa, su imagen me recordó un poco a la de mi tía Esme.

-Renée-Charlie beso su mejilla-que bueno que llegas, me encantaría que conocieras a Edward Cullen.

-Mucho gusto, Edward-ambos estrechamos nuestras manos-yo soy Renée Swan, la esposa de Charlie-sonrío-¿te han atendido bien?

-Si, muchas gracias señora…

-Por favor, llámame Renée-interrumpió-no me gusta sentirme vieja.

-Tu no eres vieja-sonrío James.

-Eres un adulador, James-Renée beso la mejilla de su sobrino-por cierto, ¿has visto a Irina?-Irina nuevamente, el mismo nombre por el que me había puesto paranoico en el corporativo, ¿mis sospechas eran ciertas?

-No-contesto James-pero no te preocupes ya la encontrare.

-Me urge encontrarla-Renée miro hacia los lados-por favor pasen a sus lugares, dentro de unos minutos haremos un brindis.

-Esta bien, tía-nos despedimos de ellos y James y yo regresamos a nuestra antigua mesa, nos encontramos con la sorpresa de que ahora no solo estaban las tres morenas si no una pelirroja.

-James-la pelirroja se le fue encima abrazándolo, era la misma mujer que había visto anteriormente.

-Victoria-la agarro por la cintura y la ayudo a sentarse a su lado-¿Qué haces aquí?

-Me invitaste, amor-sonrío la pelirroja acariciando la cabellera de James-además no iba a perderme la oportunidad de estar contigo.

-Victoria es tan afortunada, por tener a James-sonrío Kachiri en dirección a la pareja-¿tienes novia Edward?-estaba por contestarle pero James rompió en risas.

-Edward es un mujeriego-dijo entre risas-el no tiene novia, y si la tiene… la tiene escondida.

-Eso de mujeriego, también deberías de decirlo por ti-la pelirroja me clavo su verde mirada, al parecer mi comentario no le había gustado.

-Mis días como mujeriego han terminado-fue el turno que las morenas y que incluso yo nos riéramos-no se rían, es la verdad he encontrado la mujer ideal-beso los labios de victoria.

-Aquí entre nos-susurro Zafrina-solo lo dice por que ella esta aquí.

-Escuche eso-refunfuño Victoria.

-De eso se trataba-sonrío Senna.

-Atención-Charlie hablo con el micrófono en mano desde su mesa, en ese momento la vi; era la misma chica, Bella. La hermosa morena que me había dejado cautivado en el elevador, aunque en esta ocasión ella estaba más arreglada; su cabellera castaña estaba recogida en un chongo y su vestido era de un azul que la hacia ver más hermosa…-es para mi un verdadero honor poder contar con la presencia de todos esta noche-la voz de Charlie hizo que quitara la atención de mi ángel y que sin querer se centrara en la rubia, sentada al lado de Renée, esa era Irina y a estas alturas estaba seguro de que ella era la mujer que venia buscando; la mire atentamente, su cabello suelto y un vestido rojo, realmente era hermosa ella era la causante de todo esto-como sabrán esta celebración es con motivo de nuestro aniversario-tomo la mano de su esposa-me encantaría que todos se unieran a nosotros en el brindis, Renée eres el amor de mi vida no hay más que pueda decir gracias por darme tan maravillosa familia. Salud-alzo su copa-por el amor, la familia, gracias por darme a mis hijas-¿hijas?-por Isabella e Irina, mis dos grandes tesoros.

A mi alrededor todos brindaban, pero yo estaba anonadado. ¿Qué demonios había dicho? ¿Isabella e Irina? Ambas eran sus hijas, esto debía de ser una treta del destino, una mala jugada. Recordé el nombre con el que firmaba la maldita; I. Swan, ahora tenia a dos mujeres que…

-Salud, Edward-James choco su copa con la mía, sacándome del trance-¿te pasa algo?

-No-respire profundamente-solo que, he quedado cautivado por esas dos bellezas-señale con la cabeza hacia donde se encontraban las hijas de Charlie.

-Son muy hermosas-sonrío orgulloso James-y no lo digo porque sean mis primas.

-Ya empezó-murmuro Kachiri.

-¿Ambas son hijas de Charlie Swan?-sabia que mi pregunta era un poco fuera de lugar, pero necesitaba respuestas. No era posible que todos mis planes se vinieran abajo.

-Por supuesto-se rió James-las joyas de la familia Swan. ¿te gustaría conocerlas?

-Si-entre más pronto saliera de la duda mejor, no podía ser posible que mi ángel fuera la causante de todo esto.

-Vamos, antes de que empiece el banquete-se levanto-voy a llevarlo con mis primas.

-De acuerdo-sonrío Victoria-yo iré a saludar a unas amigas.

-Así que has quedado cautivado por la belleza de mis primitas-alzo sus cejas repetitivamente-no te culpo, ambas son hermosas.

-Lo se-mantuve mi vista fija en la mesa de Charlie, donde se hallaban esas dos mujeres; Irina e Isabella. ¡Por favor dios, que no sea lo que estoy pensando!.

-Tío, Charlie-interrumpió James la platica de este con su esposa-podría robarme un rato a mis primas.

-Claro-respondió Charlie, para volver a enfrascarse en la conversación.

-Primas-James las abrazo-serian tan amables de acompañarme-les tendió el brazo y ambas lo tomaron. Cuando se acerco con ellas, me sentí nervioso. Las dos eran despampanantes, pero solo una me había cautivado; Isabella, tenia tanto miedo de que ella resultara ser la mala mujer que había lastimado a mi hermano, Riley-aquí las tienes-Bella me sonrío cuando se encontró con mi mirada.

-Señoritas, Swan-me acerque a las dos, tomándolas por la mano-mi nombre es Edward Cullen, me han dejado cautivado-bese el dorso de Bella, ella se sonrojo, posteriormente bese el de Irina: esta solo me sonrío pero me quede congelado cuando vi el pequeño broche en forma de “I” que traía puesto sobre su vestido rojo, era igual al que yo tenia… ese que era de la maldita, entonces eso quería decir que Bella era la… ¡No! No te adelantes, me dije.

-Un gusto volver a verlo señor-hablo Bella, con una sonrisa-no creí que nos volviéramos a encontrar.

-La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida-canturreo Irina.

-¿Ya se conocían?-inquirió James.

-Cuando fui a visitarte, me encontré a tu prima en el elevador-era imposible que Bella, fuera la culpable.

-Valla-James sonó sorprendido-¿Por qué no vienen a sentarse con nosotros? Ya están comenzando a servir.

-Me parece perfecto-sonrío Irina, dirigiéndose a la mesa que habíamos dejado. Cuando llego saludo únicamente a Victoria y se sentó a su lado.

-Hola, chicas-Bella saludo a todas las presentes, estaba por sentarse pero hice amago de mis buenos modales y la ayude a sentarse-gracias.

-No hay problema-me senté junto a ella, se veía tan hermosa. Pero dejaría de serlo si resultaba ser la responsable de la muerte de Riley, pedía con todas mis fuerzas que la causante fuera Irina pues no quería que este bello ángel pagara… pero lo haría, con todo el dolor de mi corazón la haría sufrir si ella era la maldita.

-¿Vas a hacer negocios con mi padre?-pregunto Bella.

-Esos son mis planes, Isabella-bebí un trago de champagne.

-Por favor, no me llames Isabella-fruncí el ceño, ¿Por qué? Acaso le traía malos recuerdos, ¿era así como la llamaba Riley? ¡Tranquilo, Edward!-no me gusta mi nombre, prefiero que me llamen Bella.

-Así lo hare, Bella-ella sonrío enormemente-tú también puedes tutearme.

-Esta bien, Edward-ella tomo de su copa-¿Qué vas a hacer en la empresa?

-¡Basta!-interrumpió Zafrina-no entienden que esto, es una fiesta. Por favor serian tan amables de dejar de hablar de negocios.

-Hablen de cosas más interesantes-Kachiri prendió otro cigarro-hay tantos temas, y ustedes halan de trabajo. Porque no se conocen.

-Buena idea-la comida llego rápidamente hasta nuestra mesa, todo se veía delicioso-¿quieres que nos conozcamos, Edward?

-Me encantaría, pero si te soy sincero ya habrá tiempo para eso.

-Tenemos toda la noche-coloque un mechón de su cabello detrás de su oreja, ella se sonrojo en respuesta.

-¡Por dios, Edward!-James alzo la voz-estoy aquí, podrías esperar unos segundos antes de intentar conquistar a mi prima.

-¡James!-se quejo Bella.

-Sigue así y le diré a nuestro padre, Bella-sonrío Irina, soplando el humo de su cigarro.

-Si, pues yo le diré que lo has desobedecido y continuas fumando-la sonrisa de Irina se apago al igual que su cigarro-los presentes, incluyéndome nos reímos.

La cena transcurrió con tranquilidad, todos platicábamos con todos. Sabia que en estos momentos estaba haciendo un esfuerzo sobre humano por no reclamar la verdad de una buena vez por todas, tenia a las dos posibles responsables de la muerte de mi hermano y solo una era la responsable. ¿Quién era? Tal vez Irina tenia varios broches con la misma forma, y el que yo tenia le pertenecía. Tenia que encontrar una manera de preguntar eso sin llamar demasiado la atención.

En un momento determinado, la atmosfera se transformo completamente: comenzó a sonar la música, indicando que se iniciaría el baile, varios hombres vinieron hasta la mesa para sacar a bailar a las chicas, así que me di prisa, me levante de la silla;

-¿Quieres bailar conmigo?-le ofrecí mi mano a Bella.

-Si-tomo mi mano gustosa y nos dirigimos hasta la pista. La canción era suave y lenta; puse una de mis manos en su cintura acercándola a mi, ella coloco una sobre mi hombro y finalmente entrelazamos nuestras manos derechas, en ese momento sentí una fuerte corriente eléctrica que me atravesó por completo. Nos movimos, lentamente al compás de la música.

-Tengo que decirlo, eres una excelente bailarina-la hice girar.

-Eso es porque aun no te he pisado-me reí, ella era divertida. Imposible que ella fuera la responsable de la tragedia.

-No me pisaras-sonreí-si lo haces ya veré como me la cobro-ella abrió sus ojos sorprendida.

-¿Cómo te la cobrarías?-pregunto con la curiosidad asomándose por sus hermosos ojos chocolate.

-Tengo mis métodos-la apreté hacia mi, su piel era calida. Fui capaz de percibirlo por sobre el fino satín.

-Sabes me agradas-sonrío de oreja a oreja-eres el primer hombre con el que bailo y con el cual me he dejado guiar.

-Adivinare, eres de esas mujeres que les gusta manipular la situación a su antojo-¡que había dicho!, por el modo en que me vio supe que mi tono había sido muy frío.

-Si lo dices de esa manera-miro hacia otra parte-suena horrible, pero por lo general a mi me gusta guiar.

-Una manipuladora-masculle, lo más bajo que pude.

-¿Qué dijiste?-se alzo un poco para verme.

-Que no eres una manipuladora-ella sonrío más tranquila.

-Gracias por reconocerlo.

-Eres muy hermosa-mire atentamente su rostro, con facciones tan delicadas. Esta belleza no era humana.

-¿Pasaras toda la noche halagándome?-frunció el ceño.

-No te gusta ser halagada-afirme en lugar de preguntar.

-No mucho-se encogió de hombros-pero lo acepto gustosa de todos modos.

-Supongo que estas acostumbrada a que te digan halagos, ¿no?-de nuevo había sonado muy duro.

-No los recibo a menudo-se puso seria-pero como a toda mujer me gusta que me digan cosas lindas.

-Puedo preguntarte algo-por unos segundos detuve nuestro baile.

-Aja-contesto relajada-pregunta lo que quieras.

-Yo, quería saber ¿Por qué…-no pude terminar la pregunta pues el presentador comenzó a hablar;

-Atención, este baile es de intercambio de parejas-anuncio-las mujeres bailaran con el de su derecha, cada vez que se acabe la canción se cambia de pareja, vamos-la música cambio y Bella me dedico una sonrisa antes de ir con su nuevo acompañante.

-Pero que suerte tengo-sonrío Irina cuando tomo posición frente a mi-bailare contigo.

-Valla que tenemos suerte-la envolví en mis brazos. Mi oportunidad con Bella para obtener respuestas se había ido, pero ahora tenia a Irina para que contestara todas mis dudas, esta seria una buena oportunidad que no desperdiciaría aunque tuviera que bailar con ella toda la noche…



HOLA!! HE RGRESADO, QUE LES PARECIO EL CAPITULO?? YA SABEN QUE ME INTERESA MUCHO SU OPINION,  Y SI PUEDEN RECOMIENDEN EL FIC, PROMETO NO DEFRAUDARLAS!! OK NOS LEEMOS LUEGO!! X0X0X0X0X!! HASTA PRONTO. BESOS!!

Capitulo 3 Atrapados

Capitulo 3 ATRAPADOS


POV EDWARD


Después de terminar de hablar con James me dirigí al elevador, esta vez ya nadie me miro con curiosidad incluso hasta me saludaron con unas amigables sonrisas, pero no pude contestar ninguna ya había fingido suficiente en este día. Llegue hasta el ascensor, entre y cuando este cerro su puerta me sentí mucho mejor pero no podía darle rienda suelta a mi dolor, porque eso arruinaría mis planes, me limite a respirar profundamente para no derrumbarme, había echo un gran esfuerzo al venir aquí y mañana necesitaría hacer un esfuerzo mayor para estar presente en esa cena donde seguramente estaría ella… el ruido que hizo el elevador al detenerse interrumpió mis cavilaciones pues eso indicaba que alguien más solicitaba subir.

Tenia que salir del elevador en cuando la persona entrara, pues no quería estar con nadie aunque fuera solo por unos pisos pero cuando la compuerta se abrió mis planes se quedaron en el olvido; ante mi apareció una hermosa mujer, con una figura hermosamente delicada era delgada pero curvilínea, su rostro estaba adornado con una tímida sonrisa, su piel era pálida pero no tanto como la mía, su cabellera era castaña oscura la llevaba suelta cayéndole sobre la espalda, dándole un aspecto más bello si es que eso se podía pero lo que termino por cautivarme fueron sus preciosos ojos chocolate.

-Hola-saludo entrando en el ascensor, se suponía que yo me iría pero no pude estaba cautivado por este ángel.

-Ho… hola-sonreí, y esta vez mi sonrisa fue autentica. Ninguno de los dos presiono el botón para dirigirnos a algún lado así que cuando lo iba hacer, nuestros dedos se rozaron generando una especie de hormigueo que pude apreciar por unos segundos ya que ambos retiramos la mano ella estallo en risas contagiándome.

-Será mejor que decidamos quien ira primero a su destino-dijo entre risas.

-¿A que piso vas?-pregunte para cederle el turno a ella.

-Puedo esperarme, señor-sonrío-es claro que usted estaba aquí antes que yo así que adelante.

-Puedo esperar, señorita-mantuve mi sonrisa, estaba idiotizado por ella-además, las damas primero.

-Gracias-presiono el botón marcado con el numero 4, cuando las puertas del ascensor se cerraron nos vimos envueltos por el silencio, mire el indicador conforme el elevador avanzaba apenas íbamos en el piso 18 y la atmosfera estaba cargada de algo nuevo, toque mi dedo discretamente en toda mi vida nunca había sentido algo igual-Y… ¿usted viene a hacer negocios?-comenzó la chica.

-Si-admití, lo mejor era mantenernos hablando pues aun faltaba bastante-¿tu también?

-No-mordió su delicioso labio, ¿delicioso?-vine de visita, pero ya me voy.

-Si. Yo también.

-Sabes no me lo tomes a mal pero-me recorrió de pies a cabeza-no pareces un hombre de negocios.

-¿Cómo se debe de ver un hombre de negocios?-enarque una ceja.

-Muy diferente a usted-se rió-por lo regular son viejos, gordos, canosos sin el mínimo sentido del humor y usted no es nada de eso.

-Así que tengo que ser un viejo horroroso para hacer negocios en esta empresa-me reí fuertemente.

-No me haga caso-de pronto el elevador se detuvo abruptamente ocasionando que ambos nos tambaleáramos, las luces parpadearon incesantes y al final se apagaron sumiéndonos en la oscuridad-por dios-su voz sonó entrecortada.

-Creo que es un apagón-murmure.

-¡No!-grito exaltada, no había nada de luz pero podía distinguir su silueta-¡no podemos estar aquí!-jadeo. Y empezó a golpear la puerta-¡sáquenme de aquí!

-Tranquila-la aleje de la puerta-tranquilízate-la tome por las manos para evitar que se lanzara a golpear nuevamente.

-¡No!-lucho por soltarse de mi-¡no podemos estar aquí! Yo… yo no-sollozo débilmente.

-No llores-lo único que se me ocurrió en ese momento fue abrazarla, y ella se agarro a mi fuertemente, escondiendo su cabeza en mi pecho.

-No puedo estar encerrada-su llanto incremento y empezó a temblar-tengo miedo.

-No estas sola-sobe su espalda lentamente-estoy aquí contigo.

-No estoy sola… no estoy sola-suspiro más tranquila-gracias.

-No hay problema-puede que ella ya estuviera más tranquila pero me rehusaba a soltarla, me sorprendía que en esta cercanía me sintiera completo y aunque resultara extraño con esta chica desconocida entre mis brazos me sentía feliz, por un momento olvide toda la tragedia que había pasado… Estaba tan metido en mis pensamientos que apenas y fui conciente de que las luces se encendieron y el ascensor volvió ponerse en movimiento.

-Por fin-susurro la chica sobre mi pecho, ella comenzó a moverse entonces me di cuenta de que pese a que todo ya estaba restablecido yo continuaba abrazándola.

-Lo siento-la solté y me cruce de brazos para no caer en la tentación.

-No te preocupes-su rostro se puso rojo carmesí, se veía tan adorable-tengo que irme-suspiro cuando el ascensor se detuvo, al abrir su puerta dejo frente a nosotros una mujer rubia; gozaba de una buena figura y un porte inigualable, su cabello lacio le llegaba hasta la barbilla, sus ojos azules nos miraron fijamente, era hermosa que incluso me pregunte ¿Quién era más bella? ¿la rubia o la morena? ¿acaso toda la empresa estaba llena de mujeres bellas?

-Aquí estas-la rubia puso sus manos en su cintura-te he buscado por todas partes, Bella-así que ese era su enorme, valla que le hacia justicia un nombre tan lindo para una persona tan hermosa.

-Ya iba para allá-se quejo Bella.

-Si-sonrío la rubia en mi dirección-se ve que tienes prisa por irte, pero yo tengo que irme a casa-la rubia entro en el ascensor mientras Bella se hacia a un lado.

-Pues vete, yo tomare un taxi-le dijo a la rubia-fue un placer compartir ascensor con usted y muchas gracias por tranquilizarme-salio del elevador dejándome echo un idiota.

-De nada-murmure cuando ella ya se había ido.

-¿Compartir elevador?-se rió la rubia-¿te gustaría compartirlo conmigo?

-Seguro, no hay problema. ¿A dónde vas?

-Abajo-sonrío mordiendo su labio.

-Yo igual-presione el botón para que terminara de llegar al piso de abajo y este se puso en marcha.

-¿Trabajas aquí? Porque no te había visto.

-Vengo de visita-me limite a contestar, pero sin mirarla ella no llamaba tanto mi atención como el bello ángel con el que había estado.

-Ya veo, otro que cae con Bella-no le hice mucho caso pues había quedado cautivado por tan hermosa mujer, si no estuviera tan concentrado en mi venganza le hubiera pedido que fuera  a cenar conmigo para conocernos más pero eso no seria ahora ni nunca, desde ahora yo solo viviría por una
cosa; vengarme de I. Swan así que por el momento no tendría tiempo de romances.

Llegue al ultimo piso y salí lo más pronto del elevador, me dirigí a la recepción, ya que tenia que entregar el gafete camine hasta allí pero tuve que esperar ya que al parecer Jessica estaba siendo regañada:

-¡Quiero ver a James!-exigió una chica muy hermosa, lo que hizo que fijara mi atención en ella además de los gritos que pegaba era su cabello naranja brilloso, eso la hacia destacar del resto.

-Ya… ya le dije que el esta ocupado con un señor-dijo Jessica con temor.

-Nadie es más importante que yo y…

-¡Victoria!-la rubia con la que había compartido el ascensor fue a abrazarla.

-¡Irina!-ella le sonrío. ¿Irina? La mire atentamente; ¿así debería de ser una mujer por la que perderías todo? Y si esta era la mujer, su nombre empezaba con I ¡por dios Edward no seas paranoico! Decidí ignorar la casualidad y darme prisa en salir porque si no podría hacer algo de lo cual me arrepentiría.

-Estaría mucho mejor si esta-miro despectivamente a Jessica-me dejara pasar a ver a James.

-Disculpen-interrumpí a las chicas que platicaban y pase directo con Jessica pues ya tenia que irme-vine a dejarte esto-me quite el gafete.

-¿Vendrá más seguido señor?

-Si-no la mire pues no quería que se hiciera falsas ilusiones-tengo planeado hacer negocios con los Swan.

-Entiendo-note en su voz una alegría, quizás había sido demasiado intuitivo hace un rato-lo esperaremos-se despidió efusivamente mientras me dirigía a la salida.

Mike ya me esperaba en el mismo lugar que lo había dejado;

-Buenas tardes, señor Cullen-saludo abriéndome la puerta.

-Buenas tardes, Mike-el corrió hasta su lugar como conductor y salimos rumbo al hotel-preguntaste lo que te encargue.

-Si señor, el volvo que usted quiere cuesta muy caro y…

-No importa el costo-lo interrumpí-llegando al hotel te daré una buena cantidad para que vallas a comprarlo.

-Si señor.

-Espero que pueda confiar en ti para que no salgas huyendo con el dinero-dije seriamente.

-No se preocupe señor-me aseguro-puede confiar en mi. ¿Para cuando quiere su auto?

-Lo antes posible-mire por la ventana-necesito moverme libremente por esta ciudad.

-Mañana por la mañana iré a la promotora por su automóvil-en ese momento se detuvo, ya que habíamos llegado al hotel se dirigió a abrirme la puerta.

-Gracias por tus servicios muchacho, asegúrate de que mi automóvil se encuentre aquí mañana-el asintió-te dejare el cheque con la recepcionista.

-¿Heidi?-pregunto sonriente, supuse que la chica le gustaba.

-Si ella, mañana búscalo allí. Buenas noches, Mike-me encamine hasta el lobby del hotel para informarle a Heidi de mi encargo.

-Señor Cullen-saludo sonriente-¿Qué se le ofrece?

-Voy a necesitar que le entregues un cheque al chico Mike. ¿De casualidad dispones de una chequera?

-Si-puso en el mostrador el talonario-aquí puede hacer su cheque-me di prisa en llenar los datos que se requerían y lo arranque dándoselo.

-Mañana le debes de dar esto a Mike, espero que así lo hagas-sonreí, la chica era muy linda.

-Eso hare-sonrío seductoramente pero no tenia tiempo para relacionarme. Me fui hasta el elevador que es el que me llevaría directo a mi suite, todo en mi había cambiado desde que Riley murió ya que si hubiese estado en mi “antiguo yo” la mayor parte de las mujeres con las que me encontré hoy ya estarían enganchadas por mi y estaba seguro que esta noche no la pasaría solo en mi habitación, cuando vine a darme cuenta ya estaba dentro de mi suite y como ya llevaba todo un día aquí pedí la cena, necesitaba estar en buenas condiciones para enfrentar lo que me esperaba mañana;

-Servicio a la habitación, habla Edward Cullen-me acosté en la cama.

-¿Qué desea señor, Cullen?-pregunto una voz femenina.

-La cena, podría decirme que me puede traer a la habitación-escuche atentamente el menú, fue hasta que escuche los nombres de la comida que note que realmente estaba hambriento.

-Quiero, las brochetas de pollo con la ensalada y de beber-dude pues no quería tener contacto con el alcohol, no por ahora-néctar de naranja.

-Enseguida subiremos su orden, señor-colgué el teléfono y cerré mis ojos, había sido un día largo y pesado pero no podía dormirme tenia que pensar claramente cada movimiento que haría, no podía llegar así e irme encima de la hija de los Swan si hacia eso pondría sobre aviso a la maldita y saldría huyendo, lo mejor era tenerla cerca asecharla tenerla de amiga y cuando consiguiera su confianza darle el golpe de gracia… Unos golpes llamaron a mi puerta, me levante para abrir; entro un camarero con mi cena y después se retiro. Cene tranquilamente, probar esa comida me supo a gloria pues había pasado todo el día sin probar bocado, cuando termine la cena solo tuve que sacar el carrito de la habitación para que más tarde vinieran por el.

Después de cenar me di una ducha, lave mis dientes y me puse la pijama me senté en el sofá porque si iba  a la cama me quedaría dormido en segundos tome mi celular y marque el numero de la hacienda, esto lo hacia solo por Esme pues seguramente ella estaría preocupada por no saber de mi, ella no merecía perder a otro hijo porque eso era lo que yo representaba para ella un hijo más. Espere pacientemente hasta que la llamada entro:

-Hacienda, La Kasandra-reconocí la voz de Tanya.

-Soy Edward pásame a mi tía Esme.

-Edward-la voz de Tanya se torno feliz-¿Cómo estas?

-Pásame a Esme, quiero hablar con ella no contigo-dije fríamente.

-Enseguida, ¡Señora Esme!-escuche como le gritaba-¡su sobrino le llama por teléfono!

-¿Edward?-hablo Esme-¿Cómo estas, hijo?

-Muy bien-suspire-¿Cómo va todo por allá?

-Bien, Edward. Claro todos te extrañamos, en especial tu familia-debió de decir esto porque Tanya andaba por allí-¿Dónde estas?

-En Phoenix.

-¿Phoenix?-estaba seguro que le había causado una gran sorpresa-no tenia conocimiento que tuvieras negocios en esa ciudad.

-Ya ves-me encogí de hombros-¿todo va bien?

-Si. Muy bien…-hizo una pausa-Alice quiere hablar contigo.

-Pásamela-sonreí, la duende podría alegrarme un poco.

-Hola primo-saludo fuertemente-¿Cómo estas?-al parecer esa pregunta estaba de moda.

-Bien, Alice ¿querías decirme algo?

-Si-casi pude imaginármela sonriendo-quiero que me traigas un recuerdo de tu viaje, como siempre haces.

-¿Qué te gustaría?-aunque sabia perfectamente lo que podía llevarle.

-Ropa-canturreo-quiero un vestido de allá.

-De acuerdo, duende cuando termine con los negocios comprare presentes para todos.

-¡Yupi!-escuche un ligero ruido parecido un zumbido-¿me escuchas?

-Un poco-alce la voz-tengo que dejarte ya es tarde y tengo que irme a… dormir.

-Esta bien-grito pues se iba perdiendo la señal.

-Adiós-colgué mi celular.

Ahora si, después de tranquilizar a mi familia al fin podía ponerme a pensar en mi siguiente movimiento, tenia que pensar con la cabeza fría estar seguro de lo que iba hacer porque una vez que entrara a esa casa, al mundo de los Swan no habría marcha atrás iría por la mujer que engaño a Riley para hacerla pagar, ¿Qué era lo que haría? ¿matarla? No, ese no era suficiente castigo para esa maldita y además no quería pasar el resto de mis días en una cárcel por matar a esa arpía, yo tenia que vengar a mi hermano, pero no solo por su muerte porque que fácil seria para ella que la matara pero yo quería que sufriera, que suplicara piedad, quería llevarla a la destrucción como ella lo había echo con mi hermano, entonces la idea vino a mi de golpe; Primero que nada dejaría que James me presentara a Charlie, ese seria el vinculo perfecto, después de alguna u otra manera conocería a la hija de Charlie, I. Swan y comenzaría a tratarla, acercarme a ella, ser su amigo y enamorarla, haría exactamente lo que ella le había echo a mi hermano, la enamoraría hasta que me amara con locura e hiciera todo con tal de estar conmigo, me casaría con ella; esto no me agradaba mucho pero lo haría de esa manera ella pensaría que la amaba y así no se resistiría a irse conmigo la llevaría a la hacienda y allá alejada de todo y de todos la haría sufrir como nunca, usaría sus mismas artimañas todo seria fácil; conocerla, hacerme de su amistad, ganarme su amor, alejarla de su familia y llevármela lejos donde nadie la ayudara, si a ella le había funcionado por dios que a mi también. Mañana por la noche conocería a mi futura esposa o mejor dicho a mi futura victima…





HELLO CHICAS ¿Qué les pareció el capitulo? ¿Qué tal el plan de Edward? ¿muy malo? Jajajajaja no han visto nada!! ya verán como será de maldito pero bueno a lo que vine, ¿tienen alguna sugerencia? Háganmela saber, su opinión para mi es muy importante. MUCHAS GRACIAS POR DARSE EL TIEMPO DE LEER & MIL GRACIAS A LAS QUE SE TOMAN EL TIEMPO DE COMENTAR…

Capitulo 2 Phoenix

Capitulo 2 PHOENIX 


POV EDWARD


Dormí muy poco en toda la noche, la mayor parte de las horas me la pase en vela necesitaba pensar con claridad saber lo que tenia que decir cuando llegara a Phoenix, ni siquiera desempaque pues tan solo en unas horas me iría al aeropuerto de Port Angeles y comenzaría mi viaje para encontrar a esa mala mujer;

-¿Puedo pasar?-pregunto Tanya al otro lado de la puerta.

-Pasa-conteste saliendo de la ducha.

-Te traje el desayuno-coloco la charola sobre la mesa que estaba frente a la ventana-tu familia se ha quedado a pasar la noche pero ya están despiertos y están desayunando pero creí que preferirías tomar el desayuno en tu habitación.

-Pensaste mal-comencé a vestirme, me daba lo mismo si ella me veía desnudo-no quiero desayunar, además hoy me voy.

-Pero apenas llegaste-se acerco a mi.

-Voy en busca de esa mujer-me puse la camisa, iba a abrocharla pero fue ella quien lo hizo.

-Me alegro que te vallas a cobrar la muerte de mi patrón-termino de ayudarme con mi camisa-véngate de esa maldita, Edward.

-No dudes que lo hare-cerré los puños fuertemente-apenas y la encuentre la hare pagar.

-Te voy a echar de menos-estaba por acariciar mi mejilla.

-Yo no-la hice a un lado, dejándole claro su lugar-dile a Demetri que acerque el Jeep a la entrada de la casa y que me espere, el me llevara al aeropuerto.

-¿Algo más patrón?-pregunto agachada.

-Eso es todo-arrime mis maletas a la puerta-ahora retírate.

-Si-salio rápidamente. Después de que ella se marchara salí de mi habitación con mi equipaje, estaba por bajar las escaleras pero la visión del cuarto de Riley me detuvo sin dudarlo fui hasta su habitación, abri la puerta; todo estaba como siempre, cortinas abiertas y el aroma del tabaco que mi hermano acostumbraba a fumar, eso me puso triste lo único que me quedaba de mi hermano eran recuerdos, y una venganza saque del bolsillo de mi pantalón el broche de esa maldita lo mire por unos segundos y lo guarde. Tome la fotografía que estaba a sobre su cómoda; donde aparecíamos el y yo, solo que de pequeños montados sobre un caballo, mis vista se nublo por las lagrimas:

-Te prometo, que no voy a descansar hasta que esa maldita pague por tu muerte-jure abrazando la foto-la voy a hacer pagar por esto-coloque la fotografía en su lugar y salí del lugar, sin mirar atrás.

-Hola, Edward-Alice me encontró a la mitad de la escalera, aun vestía de negro pero traía un semblante mejor-deja te ayudo con eso.

-Yo puedo solo-trate de sonreírle-¿mis tíos siguen desayunando?

-Si, están en el comedor-terminamos de bajar las escaleras-aunque no creo que les guste la idea de que te vallas.

-Soy yo quien toma las decisiones-ella se sobresalto, tal vez soné un poco más duro de lo que pretendía-lo siento prima.

-No te preocupes ¿A dónde vas?-pregunto con el brillo de la duda asomándose por sus ojos.

-Phoenix-me limite a decir.

-Seguramente vas de negocios.

-Así es, el echo de que Riley este muerto no quiere decir que me detenga y deje sus negocios a un lado-cuando entramos al comedor mi tía Esme me sonrío pero su intento de sonrisa se fue en cuanto vio mis maletas;

-Te vas, Edward-no era una pregunta, si no una afirmación.

-Si-me encogí de hombros-tengo algunos pendientes. Pero son libres de quedarse aquí. Además necesito pedirte un favor, Carlisle. Bueno, necesito pedirles un favor a cada uno.

-Lo que quieras-contesto con una sonrisa, el era como un padre para mi.

-Te pido que en mi ausencia te encargues de arreglar todo para la cosecha, no se como valla pero no quiero que se pierda a Riley no le gustaría eso.

-Por supuesto hijo-se levanto de su sitio y vino hasta mi-yo mismo supervisare todo, puedes irte tranquilo.

-Esme-ella se levanto-me preguntaba si tu podrías venir de vez en cuando para mantener presentable la casa, eres libre de hacer lo que creas necesario.

-Así lo hare-me dio un beso en la mejilla-pero prométeme que regresaras, eres lo único recuerdo que me queda de mi mejor amiga.

-Prometo que regresare, pero no puedo prometerte cuando lo hare-ella se puso triste.

-Me basta con saber que regresaras.

-¿Dónde esta Emmett?-me gire buscándolo .

-Esta en la hacienda Cullen junto con su esposa Rosalie-respondió mi prima-esos dos no pueden estar separados.

-Ya veo. Alice, como Emmett no se encuentra quiero que le digas que el se hará cargo junto con Carlisle de la cosecha, y pídele a Jasper que si puede se encargue de la administración, encontrara todo lo necesario en el despacho, confío en sus dotes de administrador para que haga un buen manejo de las cuentas.

-No te preocupes-me dio un rápido abrazo-yo le diré a esos dos y además ayudare a que la casa este presentable.

-Gracias, duendecillo-la llame por su apodo, el que de niña le decía y a ella le gustaba-tengo que irme- me dirigí hasta donde ya me esperaba Demetri con el Jeep y mi familia vino atrás de mi.

-Buenos días, patrón-Demetri se quito el sombrero-déjeme lo ayudo con eso-me quito las maletas y las subió al vehiculo.

-Iras conmigo para que de regreso te traigas el Jeep-el asintió y se puso en el lugar del copiloto pues sabia que a mi me gustaba conducir.

-Buen viaje, Edward-me dijo la tía Esme cuando subí al Jeep.

-Cuando logre instalarme les llamare, bueno si es que entra la llamada.

-Estaremos pendientes, primo.

-Volveré-sonreí, aunque al parecer no fui muy convincente.

-Te esperaremos con los brazos abiertos-Carlisle palmeo mi mano.

-Gracias, a todos. Despídanme de los demás.

-Así lo haremos-Carlisle abrazo a su esposa.

-Buen viaje Edward-Alice se despidió con su mano, asentí y puse en marcha el vehiculo, me obligue a permanecer con la vista enfrente, tenia que seguir con mi plan, me vengaría de esa costara lo que me costara.

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El viaje hasta la soleada Phoenix no duro tanto como esperaba, fue demasiado rápido o quizás no lo sentí pues todo el camino me la pase imaginando, si imaginándome como debería de ser una mujer para llevarte a la destrucción, en un principio lo había enamorado y después le había roto el corazón y todas sus esperanzas, era claro que debería de ser hermosa pero era una belleza maldita si su alma estaba podrida con tan horrendos sentimientos. Al bajar del avión me dirigí directamente hasta donde estaban las secretarias del aeropuerto, primero que nada necesitaba hospedarme en esta ciudad y más tarde ir al Corporativo Swan, me forme con las demás personas que necesitaban algún servicio y espere mi turno, pronto llego mi turno;

-Buenas tardes, señor-saludo una chica muy sonriente-gracias por preferir nuestra aerolínea para viajar. En que puedo ayudarlo.

-Necesito que me pida un taxi y que este me lleve al hotel más lujoso de todo Phoenix.

-Si señor-marco un numero telefónico y parloteo rápidamente-su taxi lo espera, es el numero 210 y se ubica saliendo a la derecha, lleve esto-me dio una especie de boleto.

-Gracias-murmure y salí del aeropuerto, seguí la indicación que la chica me había dado y entonces divise el taxi. Le di el boleto y  sin preguntarme a donde el señor se puso en marcha, supuse que en el papel venia escrito a donde tenia que llevarme, al cabo de unos 15 minutos llegamos a un hotel cinco estrellas, era fácil reconocerlo por la fachada tan elegante antes de que el taxi se detuviera por completo vi el taxímetro, saque de mi billetera una cantidad por arriba del precio y se lo di-quédese con el cambio-le dije antes de bajarme. Camine hasta la recepción para hospedarme;

-Bienvenido al hotel Amanecer-sonrío una mujer pero fui incapaz de regresarle la sonrisa-soy Heidi la encargada en atenderlo ¿hospedaje? ¿reunión? o ¿evento?

-Hospedaje-me recargue en mi equipaje.

-¿Cuántos días?

-Por tiempo indefinido-ella tecleo en su computadora.

-¿Alguna habitación en especial?

-Una suite presidencial-saque mi tarjeta de crédito.

-Perfecto, como aun no decide cuantos días se quedara la cuenta se ira acumulando pero no se preocupe puede consultarla cuando quiera, de momento solo le cobrare lo equivalente a una noche ¿le parece?

-Aja-suspire, me daba lo mismo cuanto me costaría mi estadía en este lugar lo importante es que encontrara a esa mujer.

-Bien, señor-ella chasqueo los dedos y al instante aparecieron unos botones-lleven el equipaje a la suite presidencial del sexto piso-le dio una tarjeta al botones y estos se fueron adelantando.

-Necesito que firme aquí-me dio un ticket, ni siquiera me moleste en leerlo-disfrute de su estadía con nosotros-me hizo entrega de mi tarjeta de crédito y me fui hacia el elevador, presione el botón para ir al sexto piso estaba seguro que no iba a perderme pues solo había una habitación marcada como presidencial, y fuera de ella estaban los mismos botones supuse que esperando propina, se las di y ellos se retiraron dándome la tarjeta de seguridad de la habitación y la llave de esta. La habitación era amplia, el color blanco predominaba por todas partes en cierto modo me recordó a mi departamento en Londres, me dirigí hasta el gran ventanal; la vista era hermosa no lo podía negar, toda la ciudad del sol en movimiento aun no podía creer que habiendo tantas mujeres en esta ciudad yo supiera donde encontrar a esa maldita, el destino estaba de mi parte. Me senté en la gran cama y tome el teléfono; se que le había dicho a mi familia pero en estos momentos no quería distracciones, cuando regresara a Forks les mentiría diciendo que intente llamar pero que la llamada jamás entro. Por ahora necesitaba un transporte para que me llevara al corporativo, así que marque a la recepción;

-¿Diga?-contesto una voz diferente a la de la mujer que me había atendido.

-Habla Edward Cullen de la suite presidencial, necesito que dispongan un auto para mi dentro de media hora.

-¿Quiere un chofer?-lo considere por unos segundos, solo conocía la dirección del corporativo pero no sabia como llegar.

-Si.

-De acuerdo, su auto lo esperara en la entrada del hotel. ¿Algo más, señor Cullen?

-Solo eso, gracias-termine la llamada pero después marque el numero que James me había dado, el de su casa.

-Residencia de James Swan-escuche la voz de una mujer- ¿quien habla?

-Buenas tardes, mi nombre es Edward Cullen-suspire-¿esta James en casa?

-No. El joven no se encuentra en estos momentos, ¿quiere dejarle algún mensaje?

-No. ¿Sabe donde puedo encantarlo?-cruce los dedos para que estuviera en el corporativo.

-En su oficina, en el Corporativo Swan.

-Gracias-colgué el teléfono, definitivamente todo estaba a mi favor tenia la escusa perfecta para llegar al corporativo; estaba claro que mi amigo James era primo de esa maldita, pero ni así me echaría para atrás. Antes de salir de mi habitación, procure dejar guardado el broche en el cajón junto con la carta esas dos cosas eran mi motivación para dar con ella.

Fui hasta donde se suponía estaba esperándome el auto que había pedido;

-¿Señor Cullen?-pregunto un chico más joven que yo-mi nombre es Mike y soy su chofer asignado-abrió la puerta trasera de un mercedes S55 AMG, al menos en este hotel tenían buen gusto en autos. Entre en el vehiculo y el hizo lo mismo:-¿A dónde lo llevo, señor?

-Al Corporativo Swan… ¿sabes donde esta?

-Por supuesto-salio del hotel-es una de las empresas más importantes de Phoenix-durante el trayecto fui mirando la gran ciudad tratando de aprenderme el recorrido hasta la empresa y en más de una ocasión pude ver varias promotoras de autos, si iba a quedarme en esta ciudad tenia que conseguirme un automóvil que se adecuara a mis necesidades

-Mike-lo llame desde la parte de atrás.

-¿Si, señor?-se detuvo pues el semáforo así lo indico.

-Necesito que cuando me dejes en el corporativo vallas a alguna promotora y preguntes el costo de un…-lo pensé por unos segundos en los que el coche se puso en marcha-un volvo. Averigua el precio y más tarde me lo dices.

-Claro señor-después el camino fue silencioso, hasta que; -llegamos, señor-anuncio Mike, iba a bajarse pero lo detuve.

-No es necesario que bajes, ve a hacer lo que te pedí y regresa después por mi-dicho esto salí del auto, el corporativo era un edificio muy grande y elegante, las puertas eran de cristal, y se podía leer enfrente de la primera torre; CORPORATIVO SWAN en letras resplandecientes era todo un lujo el lugar, el lugar donde encontraría a mi enemiga.

Entre dirigiéndome directamente hasta donde estaba la recepción, cuando la señorita que estaba allí me vio rápidamente se arreglo el cabello y me espero con una gran sonrisa;

-Bienvenido, al Corporativo Swan-sonrío enormemente-mi nombre es Jessica, ¿en que puedo ayudarlo?

-Buenas tardes, busco al señor James Swan.

-El señor James se encuentra en su oficina, ¿tiene cita con el?-mantuvo su sonrisa, que a estas alturas ya me estaba cansando.

-No, vengo a verlo como amigo-la mire fijamente.

-Lo siento pero no puedo dejarlo pasar-suspiro-tengo instrucciones que si no hay cita previa no entra nadie.

-Señorita-tome su mano, una vez más recurriría a mi persuasión-realmente me urge hablar con el, no habrá una manera de que me dejes pasar-sonreí torcidamente.

-S… su… supongo que puedo hacer una pequeña excepción, usted dice que es amigo ¿no?-respiro profundamente-con esto no habrá problema-me dio un gafete de visitante

-Gracias-acaricie su dorso y me lo puse-¿Dónde esta la oficina de James?

-Cierto-se rió nerviosamente-esta en el vigésimo piso, es la ultima oficina del pasillo izquierdo.

-Muy amable-camine hasta el ascensor, presione el botón que me llevaría hasta James y ese seria un buen avance. El ascensor subió directo hasta el vigésimo piso, cuando salí del elevador seguí las instrucciones de Jessica admito que me sentí raro pues más de una persona se giro a verme cuando les pasaba enfrente. Divise la oficina de James, fue fácil pues en la puerta estaba un grabado con su nombre y apellido.

-¿Tiene cita con el señor Swan?-la voz de la secretaria que estaba a un lado me tomo por sorpresa pues no la había visto hasta que hablo.

-No.

-¿Quiere que lo anuncie?-tomo el teléfono.

-Si, por favor-entre más rápido mejor.

-Señor, James-hablo la chica-aquí afuera hay un joven que quiere verlo-hizo una pausa-no le pregunte su nombre per…

-Dígale que es Edward Cullen-la interrumpí.

-Se llama Edward Cullen-por lo visto James le grito pues alejo el teléfono a una distancia considerable-si… enseguida. Pase, señor Cullen-ella se levanto y corrió para abrirme la puerta.

-¡Pero mira nada mas a quien tengo el gusto de recibir!-estrechamos nuestras manos con un fuerte apretón-Edward Cullen-sonrío-siéntate por favor.

-¿Cómo estas, James?-pregunte sentándome en la silla.

-Sorprendido por tenerte aquí-se rió-tal parece que no te pudiste resistir a hacer negocios con los Swan.

-Tienes razón-sonreí tratando de hacerlo más creíble-no pude resistirme a la oportunidad de contar con una empresa de tanto prestigio como esta.

-Has echo una buena elección, Edward. ¿Ya esta lista la cosecha del agave?

-No-apreté los brazos de la silla con fuerza al pensar en mi hermano-pero pronto estará lista y la producción del tequila empezara.

-Me alegro, le hable a mi tío Charlie sobre los planes que tenemos para negociar y esta de acuerdo.

-¿Dónde esta tu tío?-el que me lo presentara seria punto clave para dar con la maldita mujer.

-Desafortunadamente fue a una reunión con unos empresarios, están a punto de formar una sociedad que beneficie a los campesinos pero puedo presentártelo más adelante, confío en que te quedaras por algún tiempo aquí en la ciudad.

-Claro-me encogí de hombros-en realidad estaré aquí por unos cuantos meses.

-Creí que te gustaba viajar de un lado a otro promoviendo el tequila de tu hermano-frunció el ceño-¿Por qué el cambio?.

-Quiero establecerme aquí-sonreí-la ciudad me gusta además me hace falta una buena dosis de sol.

-Muy cierto, Edward-se rió-por cierto ¿Cómo esta tu hermano?.

-Bien-conteste automáticamente obligándome a sonreír-ahora fue su turno de viajar, el se esta dando unas vacaciones muy merecidas.

-Me alegro, no es bueno estar metido de lleno en el trabajo.

-Eso mismo le dije-sonreí-por eso al fin accedió a tomar esas vacaciones.

-Tal vez yo me tome unas-nos reímos-oye tengo una gran idea.

-¿Cuál es?-sonreí manteniendo mi fachada.

-Mañana mi tía Renée hará una cena en su casa, con motivo de la celebración de su aniversario de bodas con mi tío Charlie, allí podría presentártelo. Bueno, si tu quieres.

-Me parece perfecto, James.

-Excelente, mañana por la noche conocerás al dueño de este emporio. Te daré la dirección-tomo un papel y escribió rápidamente-no te preocupes todos son muy amables-me dio el papel.

-Allí estaré-sonreí, tomando el papel-¿a que hora es la cena?

-Comienza a las 8:30 pm, pero procura llegar antes.

-Esta bien, todo con tal de conocer a Charlie Swan-me levante de la silla-tengo que irme, quiero comprar varias cosas que necesito.

-Te dejare ir amigo-sonrío-pero mañana te espero sin falta en la cena-caminamos hasta la puerta de su oficina-¿tienes novia?

-No eres mi tipo, James-bromee con el, después de todo el no tenia culpa de nada.

-Ni tu el mío-se rió-pero quiero presentarte a algunas chicas, se que no se resistirán a tu encanto.

-Que puedo decir-sonreí.

-Lo mismo que con las chicas europeas-me paso un brazo por los hombros-mañana por la noche nos divertiremos.

-Puedes apostarlo, James. Te veré mañana en la cena-nos despedimos estrechando nuestras manos y salí de su oficina, esto había sido bastante fácil teniendo en cuenta de que había dado el primer paso para encontrar a esa maldita…


¿Qué les pareció? ¿bueno? ¿malo? ¿regular? ¿me odian? Ok son muchas preguntas pero espero que me contesten, me hacen muy feliz saber su opinión para esta historia. ¿Alguna sugerencia? ¿comentario? Háganmelo saber, serán bien recibidos. *SIENTO SI EL CAPITULO FUE PEQUEÑO PERO NO SE PREOCUPEN IRAN CRECIENDO CON EL TIEMPO. LES DEJO 2 CAPITULOS PARA QUE LOS DISFRUTEN!!


BESOS & ABRAZOS!!

Capitulo 1 Mala Mujer

Capitulo 1 MALA MUJER


POV EDWARD


Mi viaje a Londres estuvo lleno de sorpresas; entre ellas que me hice de la amistad de James Swan un joven empresario con el cual había logrado hacer planes para negociar a futuro, el me dio su dirección y teléfono para que cuando llegara a Phoenix lo buscara para hablar junto con su tío Charlie Swan y así poder empezar una sociedad juntos, ellos se encargaban de exportar e importar tequila, y eso era por lo que me interesaba de esa sociedad pues quería conseguir más empresas que nos brindaran el apoyo para que cuando la cosecha de agave estuviera lista mi hermano se sintiera orgulloso por mi labor y estuviera satisfecho por su trabajo. Pero antes tenia que ir al rancho de mi hermano, Riley con el que apenas y había tenido contacto en estos últimos dos años pese a que no éramos hermanos del mismo padre éramos hermanos por lazo materno y eso me bastaba para querer a Riley además de que era mi hermano menor; ambos éramos hijos de Elizabeth Masen pero mi madre quedo viuda cuando yo era un niño así que conoció a Richard Biers y volvió a casarse jamás la juzgue porque ella merecía ser feliz, incluso contó con el apoyo de Carlisle Cullen mi tío y hermano de mi fallecido padre, Edward y al final todos fuimos felices pues ella me dio el hermanito que siempre había querido, hace apenas unos años mi madre y Richard habían muerto en un accidente automovilístico todos nos vimos muy afectados pero más mi hermano; estuvo en una etapa de total destrucción a su persona, nada le importaba hasta que su amada apareció en su vida, gracias a el amor de esa mujer que según mi hermano me presentaría apenas y llegara hasta el rancho. Era increíble lo bien que podía hacerte el amor de una mujer, ya que Riley saco adelante el patrimonio de nuestro padre porque eso es lo que Richard había sido para mi un buen padre, mi hermano se encargo de hacer del rancho un lugar productivo con el único propósito de hacerse de una fortuna para poder darle todo a su mujer, mi hermano siempre se había limitado a contarme de su novia, ni siquiera sabia su nombre pues el quería que nos conociéramos personalmente.

Alrededor del medio día llegue al pueblo de Forks donde se encontraba el rancho, para llegar a este lugar era toda un travesía ya que estaba bastante alejado de todo incluso no había señal para celulares, era tierra caliente pues apenas y entre se me hizo insoportable seguir con el saco puesto así que me lo quite, todo seguía exactamente igual eso era lo bueno de estos lugares el tiempo se detenía; mientras conducía por las calles en el Jeep que siempre ocupaba para venir hasta aquí, me fui admirando por el paisaje las casas eran clara señal de antigüedad, sus construcciones eran pequeñas pero no por eso menos hermosas, y el aire era un aire sumamente puro sin señal de contaminación, hay días en los que me gustaría vivir aquí pero yo me había apasionado viajando por todo el mundo, sin un lugar fijo pues mi trabajo como administrador de la hacienda de Riley requería que viajara para llevarla a otro nivel, el tequila era nuestro sello característico además de que tenia varios contratos con algunos exportadores de Europa por lo que siempre andaba de aquí para allá. Después de media hora logre divisar el camino que me llevaría a la hacienda de mi hermano “La Kasandra” ese era el nombre, que los primeros propietarios le habían asignado la hacienda siempre había sido heredada de generación en generación pero el nombre aun se mantenía por respeto a nuestros ancestros; cruce el arco donde descansaba el nombre del lugar en un letrero tallado en madera de roble, me encantaba enormemente la hacienda y Riley había echo un excelente trabajo, todo seguía igual que la ultima vez que vine eso hace más de cinco años.

-¡Llego el joven Edward!-grito uno de los trabajadores que estaban por el lugar. Cuando me estacione en la entrada de la casa solo una persona salio a recibirme;

-Mi niño-Kaure me abrazo, ella había sido la nana de mi hermano y mía por eso le guardaba un gran cariño-al fin has llegado.

-Aquí estoy viejita-sonreí-pero ¿Dónde están todos?-recorrí con la mirada el amplio corredor para ver si alguien más estaba por allí, pero me congele al ver colgado sobre la puerta un moño negro clara señal de luto-¿Qué sucedió?

-Un tragedia-sollozo.

-¿Qué paso?-pregunte ansioso ante su llanto-por favor dime que ha pasado.

-Edward-mi tía Esme apareció frente a mi, vestía de negro y sus ojos estaban rojos de tanto llorar-que bueno que estas aquí-apretó mi mano.

-¿Qui…-tome aire-¿Quién se murió?-luche por que las palabras salieran.

-Tienes que ser fuerte-acaricio mi mejilla.

-Dilo de una vez, Esme-sentía que las lagrimas estaban a punto de salir.

-Tu hermano Riley, murió-susurro con tristeza.

-No-gruñí-no puede ser- entre corriendo a la casa, mire a ambos lados para saber donde estaban los demás; los murmullos provenientes de la sala hicieron que saliera disparado. No podía ser verdad, esto no podía estar pasando. Entre en la sala, allí se encontraban nuestra familia, los Cullen parientes de mi padre pero que una vez más mostraban su solidaridad igual que varios de los trabajadores de confianza; todos rezando por el eterno descanso del alma de mi hermano, en el centro de la habitación estaba el ataúd, a sus lados había grandes arreglos florales y en la cabecera una corona de flores con una cinta en el medio que decía; Riley Biers Masen. Mis pies vacilaron para acercarme, pero al final lo hice comencé a caminar levantando unos cuantos murmullos entre los que se encontraban allí, llegue después de lo que me pareció una eternidad hasta la caja, tenia que comprobar que era mi hermano. Estaba por abrir el féretro pero una mano me lo impidió, era mi prima Alice.

-No lo hagas, Edward-pidió con lagrimas en los ojos-es Riley, esta muerto.

-¡No!-golpee el ataúd-¡No, el no puede estar muerto!-iba a golpearlo pero unos brazos me apartaron de la caja y me sacaron de la sala.

-Tranquilízate, Edward-me dijo Emmett sujetándome con fuerza.

-Cálmate-mi mejor amigo Jasper me miro fijamente-tu hermano no merece que armes un escándalo.

-Suéltame-hable con voz contenida-¡Emmett suéltame!-me soltó lentamente, cuando estuve libre de su agarre me recargue en la pared escondiendo mi rostro entre mis manos-¿Cuándo paso esto?

-Hoy por la mañana-contesto Jasper colocando una mano en mi hombro-solo era cuestión de tiempo.

-¿Por qué lo dices?-lo mire esperando la respuesta.

-Este no es un buen lugar para hablar-susurro, eso era verdad pues solo a unas cuantos cuartos se estaba llevando el rosario de mi hermano.

-Vamos al despacho-sugerí comenzando a caminar pero Emmett me impidió el paso-¿Qué pasa?

-No podemos hablar allí…-mi primo Emmett se puso triste-no ahora.

-¿Por qué?-exigí-¿Qué más me están ocultando?

-Solo hablemos en otra parte, Edward.

-¿Que hay en el despacho?-mire a los dos pero ninguno me dijo nada-lo veré por mi mismo-Emmett hizo el intento de detenerme pero lo empuje quitándolo de en medio, era tanta mi desesperación por obtener respuestas que no se de donde había sacado la fuerza para moverlo. Abri la puerta del despacho pero me arrepentí al instante; en el suelo había una gran mancha de sangre y el revolver de Richard mi padre estaba tirado.

-Edward-Emmett me agarro por los hombros haciéndome retroceder.

-¡Suéltame!-me sacudí de encima sus manos-¿Cómo murió, Riley?

-Edward va a ser muy dific…-no lo deje terminar pues estrelle a Jasper contra la pared.

-¡Dime que paso!-le grite, estaba furioso porque era obvio que me estaban ocultando cosas.

-Riley se suicido-fue Emmett quien me respondió, al instante solté a Jasper.

-¿Por qué?-cerré los puños y le pegue a la pared varias veces antes de que ellos reaccionaran y me detuvieran-¿Por qué lo hizo?-caí en el suelo, esta vez no pude contener las lagrimas que salieron sin control, mi hermano había terminado con su vida, ¿Por qué lo había hecho? ¿Qué lo llevo a tomar esa decisión?.

-Es lo que nosotros quisiéramos saber-murmuro Emmett recargado en la pared-Carlisle fue quien lo reviso, murió por que se disparo en la cabeza.

-¡Maldita sea!-grite a la nada-¡yo debí haber estado aquí!-me incorpore lentamente-¡pude impedirlo!.

-No había nada que hacer por él, Edward-intervino Carlisle-cuando llegue con tu hermano el ya estaba muerto.

-Necesito que me digas la verdad-limpie las lagrimas de mi rostro-¿Riley se suicido?

-Si-sentí como si me enterraran un cuchillo directo al corazón y lo dejaran allí-el mismo fue quien se disparo.

-¿Por qué lo hizo, Carlisle?

-No tengo idea muchacho-palmeo mi espalda-no te atormentes, ahora ven con nosotros porque ha llegado la hora de llevarlo al panteón-solo fui capaz de asentir. Cuando llegue los peones ya tenían en sus hombros el ataúd de Riley.

-Thomas quítate-le ordene al que iba adelante-yo seré quien lleve a mi hermano-el se hizo a un lado para cederme su lugar.

Salimos de la hacienda, con cada paso que daba sentía como si todo a mi alrededor se estuviera quebrando, tenia un dolor en el pecho que solo había sentido cuando mis padres se habían muerto. No podía creer que mi hermano, al que yo prometí que cuidaría estaba muerto ¿Cómo permití esto? Jamás me dejaría de reprochar por no haber estado con él en los momentos que más me necesitaba. El camino hasta el panteón no duro mucho, cuando llegamos nos dirigimos hasta donde seria enterrado el cuerpo de Riley, la fosa ya estaba echa seria justo a un lado de donde descansaban nuestros padres, los peones y yo acomodamos el ataúd dentro de la fosa tome un puño de tierra y se lo heche encima al ataúd, entonces el padre Quil Ateara hizo una ultima oración mientras todos los presentes iban dejándole flores.

-Estamos contigo, hijo-la tía Esme me abrazo-saldremos de esto-quería confiar en sus palabras, pero no sabia con certeza si lograría reponerme de esta perdida. Entonces recordé que seguramente la mujer de mi hermano también estaría deshecha por haberlo perdido, hice un esfuerzo por quitar mi vista de la fosa que en su totalidad ya estaba cubierta con la tierra y comencé a buscarla con la mirada, no sabia como era pero sabia que donde viera a alguna extraña en el mismo estado de tristeza y dolor que yo esa seria la chica, pero no la encontré todos me eran conocidos, todos sufrían por la perdida de mi hermano pero nadie más que yo de eso podía estar seguro la única que se le acercaba a mi dolor era Esme pues ella quería a Riley como un hijo más.

De regreso a casa todos íbamos en un gran silencio, que al parecer nadie estaba dispuesto a romper. Fui conciente de que arribamos a la hacienda y que mi familia me seguía, seguramente temían por mi estado emocional y no querían dejarme solo pero la verdad es que necesitaba estar solo.

-¿Edward?-Alice movió mi brazo logrando un poco de mi atención-mi madre te ha preguntado si quieres comer-mire a la tía Esme, ella disimulaba muy bien su dolor atendiendo a todos los que nos habían acompañado al panteón, aquí era tradición que después de enterrar al muerto la familia ofrecía comida.

-N… no gracias-me levante de la gran mesa-solo necesito un momento a solas-salí lo más rápido posible del comedor antes de que alguien de mi familia decidiera acompañarme, gracias al cielo no lo hicieron. Me dirigí al despacho, quería conseguir respuestas y por dios que las conseguiría, abri la puerta del despacho aunque esta vez ya no había rastro de la mancha de sangre y supuse que el arma de mi padre ya había sido guardada nuevamente en su sitio, alguien lo había limpiado y lo agradecía por que lo último que necesitaba era ver nuevamente la escena. Camine hasta donde estaba las bebidas alcohólicas y tome una botella de tequila, fui a sentarme a la silla de cuero negro mientras daba un buen trago de tequila al principio me quemo la garganta pero esto era lo que necesitaba, tras otro trago cerré mis ojos quería dormirme y no despertar nunca pero los golpes de alguien al otro lado de la puerta me trajeron de vuelta a la realidad-¡quiero estar solo!-di otro trago a la botella, pero aun así la puerta se abrió dejándome ver a Tanya una de las sirvientas.

-Lo siento, patrón-entro en el despacho-pero esto no puede esperar.

-¿Qué quieres?-volví a beber de la botella-no estoy de humor para nuestros encuentros-cuando tenia 16 años Tanya y yo habíamos hecho cosas bastante censurables y lo peor es que se habían repetido cuando venia de visita.

-No vengo por eso-se acerco hasta mi y se sentó sobre el escritorio-vengo a hablarle de la muerte de su hermano, mejor dicho del suicidio.

-No quiero saber nada-gruñí iba a darle otro trago al tequila pero ella me detuvo.

-No quieres saber quien fue la causante de su muerte-aleje la botella de mi boca y la puse sobre el escritorio.

-¿La causante?-la mire fijamente-habla, Tanya. Dime que es lo que sabes.

-Mi patrón, Riley se suicido por una mala mujer-unas cuantas lagrimas aparecieron en sus ojos pero ella las limpio de un manotazo-cuando esa mujer que primero lo ilusiono termino con él, mi patroncito quedo destrozado. Todos los días se encerraba aquí para beber, yo entraba a acompañarlo y el me confeso lo mucho que esa maldita lo hizo sufrir.

-¿Quién es la mujer?-me levante tomándola por los hombros-dímelo ahora mismo-la sacudí.

-La conoció hace varios meses cuando fue a Phoenix a un congreso del tequila, hizo tratos con una empresa para que exportaran su tequila y allí la encontró.

-¿Cómo es que sabes eso?-la agarre con más fuerza.

-El mismo me lo dijo-agarro con sus manos mis brazos, acariciándolos-estaba tan ilusionado hasta que ella le rompió el corazón.

-Le rompió el corazón-mi vista se fue hasta donde hace poco había estado la mancha de sangre.

-Esa mala mujer ocasiono que Riley se suicidara-susurro Tanya-tal y como ella se lo pidió.

-¿Qué quieres decir con que ella se lo pidió?

-Porque tengo esto-metió la mano a su escote y saco un papel-anda léelo y dime si ella no es la culpable-le quite el papel de las manos y comencé a leerlo:

“Estas loco si crees que voy a ir a vivirme a ese maldito pueblo olvidado por dios, solo para vivir contigo ya parece que yo voy a estar con un pobre diablo como tu. No te amo, solo quería jugar con alguien y tu fuiste el primer idiota que encontré no te culpo por amarme pero si por haber creído que alguien como yo podía amarte, eres un inepto jamás te quise pero fuiste fácil de manipular. No quiero nada que tenga que ver contigo. Porque yo te odio y te aborrezco con toda mi alma, hazme un favor si realmente me amas muérete”


ATT: I. Swan.

-¿De donde sacaste esto?-arrugue la carta con furia.

-Cuando vine a limpiar, la encontré-se bajo del escritorio-estaba tirada abajo del escritorio, junto con esto-de la bolsa de su vestido saco una pequeña cosa brillante y la puso en mi mano-es de ella-mire mi palma donde descansaba un prendedor de plata en forma de la letra “I”.

-¿Cómo sabes que es de ella, Tanya?

-El patrón siempre lo tuvo consigo, lo guardaba con gran afecto decía que era lo único que le quedaba de su bonita.

-¿Conociste a la mujer de mi hermano?-cerré mi palma fuertemente.

-No, pero el la conoció en una empresa del mismo nombre con el que la maldita firma-señalo el apellido.

-¿Cómo se llama la empresa?-insistí con mis preguntas, necesitaba saber todo y si por alguna razón resultaba ser que…

-Corporativo Swan-Tanya interrumpió mis pensamientos-fue allí donde la conoció, me dijo que era hija del dueño de allí un tal…

-¿Charlie Swan?-ella me miro sorprendida.

-Si, ese es el nombre-dijo muy segura-ese es el padre de la maldita. ¿Cómo sabes el nombre?

-Al parecer la vida quiere que haga justicia por la muerte de mi hermano, se en donde encontrarla iré tras ella-sonreí fríamente-la hare pagar por todo lo que le hizo a Riley.

-Tienes que hacerlo, Edward-apretó mi mano donde sostenía la carta-ella hizo desgraciado a mi patrón, tienes que hacerla pagar.

-¿Riley alguna vez te dijo el nombre de la mujer?

-No, el siempre la llamaba; mi bonita-dijo con rabia-incluso cuando el estaba ahogado en alcohol, esa maldita era lo único en lo que pensaba.

-Déjame solo-le ordene, sentándome nuevamente-necesito pensar.

-¿Seguro que quieres estar solo?-se sentó en mi regazo pero la levante al instante.

-¡Quiero estar solo!-gruñí-¡vete!

-Esta bien-se dirigió a la puerta contoneando las caderas-si más tarde me necesitas ya sabes donde encontrarme.

-¡Vete!-ella se fue dejándome solo. Sabia donde encontraría a esa maldita, James me había dado la dirección de su casa y del corporativo, la encontraría así fuera lo ultimo que hiciera encontraría a esa y la haría pagar por todo. Abri la carta para leerla una vez más-prepárate I. Swan, estas a punto de conocer el infierno…



1 CAPITULO DE LA MENTIRA, EDWARD SE VENGARA ¬¬ QUE LES PARECIO?? LES GUSTO?? ESPERO QUE SI. BUENO MUCHAS GRACIAS POR DARSE EL TIEMPO DE LEER, SE ACEPTAN SUGERENCIAS Y CRITICAS DE TODO SOLO NO SEAN MUY DURAS!! OK REGALENME UN REVIEW!! ESA ES MI PAGA… NOS VEMOS LUEGO, BESOS!!

Prefacio

Prefacio

-¡Déjame ir!-forcejeo Bella una vez más-¡no quiero estar contigo!

-Eres mi esposa-apreté más mi agarre a su brazo-quieras o no te quedaras aquí.

-¿Por qué me estas haciendo esto?-sollozo-¿Qué te he hecho?

-A mi nada-gruñí llevándola hasta nuestra habitación-pero a los demás les has hecho de todo-su mano impacto contra mi mejilla.

-No me hables así-dijo con voz autoritaria-tu no eres nadie para hablarme así, Edward.

-Soy tu esposo-la sujete por ambos brazos-mírame, me debes respeto.

-¡No te debo nada!-grito exaltada.

-Se me olvidaba, que eres una manipuladora-entramos en la habitación, cerré la puerta de una patada-pero conmigo no vas a jugar, Isabella-la arroje encima de la cama, ella intento correr pero la tome por su cintura y volví a empujarla en la cama, me puse sobre ella-eres mía-bese su cuello.

-¡No soy de nadie!-me reprocho dando golpes en mi pecho.

-Te equivocas-de un tiron abri su blusa, reventando todos los botones de paso. Volví a besar su cuello.

-Suéltame, me haces daño-bajo de mi cuerpo ella se retorcía incomoda.

-El mismo daño que tu me has hecho a mi querida-fue inevitable que recordara, la carta; esa maldita carta que ella había escrito con todo su odio hacia mi hermano, Riley ocasionado su destrucción y muerte. Bella iba a pagar por eso, cada día de su vida yo Edward Cullen le haría pagar con su sufrimiento toda su responsabilidad…


HOLA ME LEVANTE PUES NO PODIA DORMIR, YA QUE ESTA IDEA ME RONDABA POR LA CABEZA. DESDE LAS 5:30 AM ESTOY LEVANTADA Y AL FIN ME DECIDI ESCRIBIRLA. LES PIDO QUE ME DEN SU OPINION DE ESTA HISTORIA, ¿SI LES GUSTA? ESPERO QUE SI. ¿ME REGALAN 1 REVIEW? ME HACEN MUY FELICES.